"EL MUERTO AL HOYO, Y EL VIVO, ¡¡AL BOLLO!!".
"EL MUERTO AL HOYO, Y EL VIVO, ¡¡A CASCARLA".
"EL MUERTO AL HOYO".
"Una lágrima de Madre;
un problema retorcido,
un nicho con mucho arte...
Y unos niños con sus gritos.
Un abandono del Padre;
siguen los lloros de infantes,
pidiendo los alimentos…
Y las caricias constantes.
Un beso de despedida;
unas flores, un sollozo,
mientras el muerto dormita…
En su mundo tenebroso.
Una lágrima prendida;
en esos bonitos ojos,
de una cruel despedida…
Que espera a casi todos.
La petición a un amigo;
que lo solucione todo,
hastiada e incomprendida…
Derrumbada, envejecida.
Canas con lustre marrón;
le surgen de las heridas,
aceptando este olvido…
Comenzar la nueva vida.
Un camino de pecados;
y en el caminar se olvida.
Un amanecer glorioso;
unas caricias furtivas,
unos besos escondidos…
¡¡El vivo te solicita!!.
Un caminar por las calles;
unos infantes que gritan,
una viuda gloriosa…
Mientras otras se marchitan.
Besos, abrazos, caricias;
empieza tu nueva vida,
una vida de pecados…
Y el vivo te lo suplica:
"¡¡Quítate el vestidio negro!!;
ponte tu moño en melena,
aparca los pensamientos...
Como una ilustre torera.
Y tú ríes, cantas, lloras;
te dejas montar de nuevo…
En tu cama de soltera".
"EL MUERTO AL HOYO".
"Una lágrima de Madre;
un problema retorcido,
un nicho con mucho arte...
Y unos niños con sus gritos.
Un abandono del Padre;
siguen los lloros de infantes,
pidiendo los alimentos…
Y las caricias constantes.
Un beso de despedida;
unas flores, un sollozo,
mientras el muerto dormita…
En su mundo tenebroso.
Una lágrima prendida;
en esos bonitos ojos,
de una cruel despedida…
Que espera a casi todos.
La petición a un amigo;
que lo solucione todo,
hastiada e incomprendida…
Derrumbada, envejecida.
Canas con lustre marrón;
le surgen de las heridas,
aceptando este olvido…
Comenzar la nueva vida.
Un camino de pecados;
y en el caminar se olvida.
Un amanecer glorioso;
unas caricias furtivas,
unos besos escondidos…
¡¡El vivo te solicita!!.
Un caminar por las calles;
unos infantes que gritan,
una viuda gloriosa…
Mientras otras se marchitan.
Besos, abrazos, caricias;
empieza tu nueva vida,
una vida de pecados…
Y el vivo te lo suplica:
"¡¡Quítate el vestidio negro!!;
ponte tu moño en melena,
aparca los pensamientos...
Como una ilustre torera.
Y tú ríes, cantas, lloras;
te dejas montar de nuevo…
En tu cama de soltera".
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