"LA TRISTE HISTORIA DE UN HUERFANITO".
"LA VIDA DE UN HUÉRFANO".
"Les contaré una historia;
con sucedáneos y con prisas.
no es café es achicoria...
El café me da la risa.
Comienza recién nacido;
y con mi Madre en la gloria,
mi Padre un desconocido...
Y aquí comienza la historia.
Mi Madre murió al nacer;
según dijeron las gentes,
lo visto y al parecer...
Su vida no era decente.
Me adoptó una familia;
dos pequeños y un mayor,
uno tenia alferecía...
Y el Padre era un cabr...
Así pasaron los años;
hambre y palos conocía,
la mujer me hacia daño...
Pero contenta decía:
Has tenido mucha suerte;
de acogerte esta familia,
la gente no es muy decente...
El que no roba la lía.
Cuando cumplí los catorce;
la noche de frío invierno,
al no tener mucho roce...
Me escape siendo muy tierno.
Dormía bajo los puentes;
mendigaba por las casas.
y eso me hizo más fuerte...
Otros imponían sus tasas.
Muchos otros no pagaban;
y recibían sus palizas,
cogiendo los maltrataban...
Y robaban hortalizas.
Así pasaron tres años;
cuando cumplí diecisiete,
crecí y había engordado...
Me convertí en matasiete.
Encontré a un buen anciano;
me dio cobijo en su casa,
era un artista al teclado...
También me impuso su tasa.
Pasé los cuatro veranos;
cantando por muchas fiestas,
el viejo con su teclado...
Tocaba en noches desiertas.
Así cumplí veintiuno;
el viejo se me moría,
quieren hacer el "pirulo"...
Y yo no lo consentía.
La casa ya no era mía;
me criticó la justicia,
allí donde yo vivía...
Tenia dueño por noticias.
Después de enterrar al anciano;
descubrí un documento,
el viejo me había adoptado...
Sin tener conocimiento.
Busqué un buen abogado;
y este defendió mi causa,
el litigio lo he ganado...
Quedandome con mi casa.
He conocido una moza;
muy limpia y trabajadora,
es linda como una rosa...
Pero también ahorradora.
Después de cantar en fiestas;
me la encontraba en mi casa,
después de comer la siesta...
Y se sabe lo que pasa.
Ella ahorraba sus dineros;
y yo de noche cantaba,
como alegre marinero...
Le hice una marranada.
Una noche que cantaba;
se me acercó una señora,
era alta y desgranada...
Y dije; esa mujer me llora.
Aquella noche invitó;
al resto de compañeros,
pero de mi se olvidó...
Marchando con puñeteros.
Cuando entré por la puerta;
mi chica estaba llorando,
alguien me hizo la puñeta...
Generándola y pasando.
Cuando se hizo de día;
me desperté y la busqué,
se encontraba entretenida...
Le pregunté no se qué...
Se enteró de aquella historia;
con mujer adinerada,
los compañeros en la gloria...
Sólo a través de miradas.
He conseguido el perdón;
de esta moza que yo quiero...
fue fulana y muy pendón...
La mujer del kiosquero.
Esa fue quien se chivó;
amargando a mi morena,
con una nota escribió...
Lo de la rubia perrera.
Ya llevamos veinte años;
casados y muy felices,
con tres mozuelas sin daño...
Y comiendo mil perdices.
Cuando cumplí los cuarenta;
reuní un buen dinero,
me hice dueño de la orquesta.
Vestidos de marinero.
"A veces me "reconcilio";
el conocer mi pasado,
unas veces río y lloro...
Cuando me encuentro cansado.
"Epílogo:
"El hombre que dio mi ser;
no le pude conocer,
en cuanto a mi parecer...
También pudo ser inglés".
"Guti".
Comentarios