"COMO LA VIDA MISMA".
"DOS VIDAS, DOS MUJERES".
"Os voy a contar una historia;
me bastan mis pensamientos,
unos dan pena y dan gloria...
De una hermosa muy pellejo.
Me han servido mis testigos;
mas dice mi entendimiento,
que mi hiel ya va contigo...
Llena de remordimientos.
Yo solamente no entiendo;
cómo has hecho eso conmigo,
un ignorante soberbio...
Me ha servido de castigo.
Dificilmente defiendo;
pero no puedo guardarme,
el desastre de un buen necio...
Que podría resguardarse.
Eso es un falso argumento;
que humillante y necedad,
un amor no está sujeto...
Si no es necesidad.
Porque yo en el me contemplo;
con arrogancia y locura,
mi humildad es como un templo...
Como tinieblas oscuras.
Me lo dijisteis hace tiempo;
que nuestro amor se rompía,
sólo es cogerlo a destiempo...
Más dentro de ti se pudría.
Dijo un sabio rehaciendo;
que quien cuenta su humildad,
"esa frase no la entiendo...
Ya rebasa soledad.
¿Así que quieres marchar;
que las que no son dichosas,
de casa quieres mudar...
Eres necia y caprichosa.
No hemos tenido familia;
y eso no lo hace duro,
por detrás también se humillas...
¡¡Yo te perdono; lo juro.
Viendo que todos perdemos;
tu tu casa, y yo tu amor,
ahora nos entendemos...
Y no queda corazón.
Mi cabeza se fue al cielo;
tal la pusieron los hombres,
tal vez ya no tenga celos...
O ya pierdo hasta mi nombre.
Pues nada haz las maletas;
la plata para el extraño,
quedarás como paleta...
Causándole un gran daño.
¿Es español verdadero;
ver a los hombres antiguos,
es "jipi" o muy moderno...
Todos saltan y me santiguo.
Me encuentro con dos historias;
la del pasado y presente,
la segunda está en la gloria...
La primera una indecente.
Por romper un mandamiento;
algunos son insolentes,
se requiere en su momento...
Comportamiento decente.
Has troquelado mi afecto;
me engañastes hace tiempo,
puede que tenga defectos...
Pero el corazón muy tierno.
fuera le aguardaba un hombre,
se marchó muy mal parada...
Ya había perdido mi nombre.
Perdí mi empleo y mi casa;
sólo me quedaba el coche,
pero soy de buena casta...
Y marché siendo de noche.
Anduve por muchos pueblos;
sólo buscaba trabajo,
como yo, habían cien cuervos...
Uno arriba o tres abajo.
Así pasé unos tres años;
¿no hay tantos que nacen sabios,
el dormir me hacia daño...
Y cansado yo me enrabio.
Lo cuento con mi humildad;
mi vida era un desastre,
hambre pasé "cantidad"...
Y el trabajo un desmadre.
Cierto día en la taberna;
apareció una morena,
hubo como siempre un pelma...
Y la joven me dio pena.
Yo salí en su defensa;
y el tipo retrocedió,
lo hice sin referencias...
Y verla me enamoró.
La acompañé en el camino;
aquel tipo iba mirando,
me encontraba distraido...
La oía y admirando.
¡¡Que belleza y que hermosura;
dije para mis adentros,
hablando todo dulzura...
Yo la seguía muy contento.
En las afueras del Pueblo;
habían tres carromatos,
dos niños iban en cueros...
Los tres eran bellos trastos.
Estoy cautivo en su cuerpo;
no entiendo lo que me pasa,
en la taberna , un vil cuervo...
Ahora uva de pasas.
Hubo sus presentaciones;
y me presentó a su Padre,
cristiano en sus oraciones...
También bella era su Madre.
Más ella no tenia hermanos;
única hija y hermosa,
los demás eran gitanos...
con mujeres muy preciosas.
Su Padre era jubilado;
representaba a toreros,
siempre se había dedicado...
Con el toreo más moderno.
Tendría unos setenta;
veinte más que su mujer,
viéndolos ya se detecta...
Que seguían en su querer.
Yo les conté un historia;
pero sin contar la verdad,
el carromato una gloria...
Me invitaron a quedar.
Era grande y espacioso;
a donde lo menos es más,
el interior muy precioso...
Y por fuera no está mal.
Muy pícara y maliciosa;
¿cómo pueden ser discretos?,
aún era muy hermosa...
Muy llevados en concreto.
Me miraba y se reía;
sonaba a vidrio y quebrada,
reía y me sonreía...
Viendo que mudo quedaba.
El Padre pintaba cuadros;
paisajes y bodegones,
lo hacia con dos recuadros...
Muy buenos con sus colores.
Con el tiempo emparejé;
y en un pueblo nos casaron,
un gitano y su mujer...
fueron quien apadrinaron.
Y así pasaron diez años;
mi suegro murió de cáncer,
a la Madre le hizo el daño...
Los humanos incapaces.
Un varón de nueve años;
moreno y agitanado,
con la muerte hace tres años...
De su Madre resignados.
La vida seguía su ritmo;
mi mujer tenia dinero,
aquello no era lo mismo...
Trabajé de jardinero.
Carromatos en carretera;
eran tres casas con ruedas,
gitanos y con carteras...
Cantando dejan su estela.
Y prosigo con mi historia;
y ya me han puesto un apodo,
mi mujer quedó en la gloria...
Mis hijos un poco locos.
Me llaman el tío "Raimundo";
por mis hechuras y mi arte,
por recorrer tanto Mundo...
Con simpatía y talante.
Con mi carreta y mis mulas;
igual que los caracoles,
mientras se ríen y se burlan...
El resto me gritan; ¡¡Olé!!.
De mi rostro me huye el llanto;
cuanto vidrio y cuanta lana,
en el invierno decanto...
Suelo cantar una nana.
De ala ancha mi sombrero;
me resguarda de la lluvia,
tengo un hijo muy moreno...
Y una hija que es muy rubia.
Mi mujer murió hace años;
me murió con la pequeña,
cuando la veo me hace daño...
Me recuerda a la Requeña.
Requeña González Paños;
hija de un "apoderao",
aquello fue un "apaño"...
Pero estaba enamorao.
De carne viva y muy pura;
celocilla y muy honrá,
nacida en Extremadura...
Ella se hincha de llorar.
Soy un golfo retorcido;
y me gustan las mujeres,
tres amores he vivido...
Y soy bueno en los quereres.
De tanto que la quería;
abandoné "to" los vicios,
la gente también heria...
Y todos eran de oficio.
Lateros y electricistas;
temo les cubra la tierra,
a mi ya nadie me chista...
Y el que lo hace lo entierran.
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