"SOLBES, OTRO DISCIPULO MÁS DE ZAPATERO".
"EL DECÁLOGO DE SOLBES, UN AUTENTICO DISPARATE DE MENTIRAS Y EMBUSTES".
"GOBERNAR MAL, SI LO SABEN HACER PERO TRATAR DE ENGAÑARNOS COMO SIEMPRE, NO".
"SOLBES SE HA CONVERTIDO, EN UN DISCIPULO MÁS DE LOS EMBUSTES DEL PSO...E".
"El Gobierno quiere transmitir certidumbre ante la “casi recesión”. Para ello, ha intercalado su discurso de mensajes reiterativos para alejar la tormenta financiera de los ciudadanos".
La fuerza de la expresión no es una de las facultades más destacadas del vicepresidente económico, Pedro Solbes. Sus discursos lentos, técnicos y en voz baja no rebosan, a simple vista, de elocuencia. Es decir, de capacidad para persuadir o deleitar a su público. Sin embargo, el engranaje de sus palabras no es ni mucho menos casual. Como un buen compositor, Solbes no se olvida de incluir en cada una de sus apariciones públicas una música recurrente, un mensaje central o leitmotiv que aleje del escenario al espeluznante monstruo de la crisis.
La consigna dentro del equipo económico del Gobierno es clara: una vez admitido que lo que sufre España se llama crisis y no “desaceleración transitoria ahora más acusada”, hay que transmitir a los ciudadanos la sensación de que están en buenas manos. Por eso, Solbes se ha puesto el brazalete de capitán con un decálogo de mensajes claro y recurrente frente a la crisis.
“Los ciudadanos pueden estar tranquilos. Sus ahorros están asegurados” “porque España está mejor preparada que nunca para afrontar los problemas” y “porque la exposición al shock financiero es mínima, gracias a la solvencia de nuestros bancos y cajas”. De hecho, “el Gobierno ha actuado con rapidez y somos el país que más esfuerzos ha realizado para salir de la crisis”.
“Las fortalezas de la economía española y las medidas que vamos a seguir tomando contribuirán a recuperar el crecimiento a partir de 2010”, repite a diario el vicepresidente. Solbes se obstina también en dejar claro que las previsiones económicas “caducan el mismo día en el que son lanzadas”. Por eso, en cierto modo, debería ser lógico que la economía crezca un 1,6% este año y no un 3% como defendió el Gobierno hasta abril; que las cuentas públicas cierren en números rojos y no con un mullido colchón fiscal como presumía hasta hace poco José Luis Rodríguez Zapatero; o que el resto de indicadores de actividad se hayan desplomado en apenas medio año.
La suave desaceleración del sector inmobiliario “ha sido más acusada de lo esperado”, insiste Solbes. Pero por la confluencia de “dos shocks internacionales” de última hora: la crisis financiera y la tensión del petróleo. Por eso, España, a pesar de estar mejor preparada que nunca, se acerca vertiginosamente a la recesión. "Crecimiento cercano a cero". El Gobierno, en todo caso, ha intentado “adaptar sus previsiones a las de los principales organismos internacionales y al consenso nacional”. Los mismos que hace ya más de un año comenzaron a vislumbrar bastantes sombras en el panorama económico proyectado por Solbes.
En España “esta lloviendo”, pero no sufre todavía “las torrenteras” de otros países, afirma Solbes. Hasta que amaine el temporal, la receta del vicepresidente consiste en guardar “austeridad” en casa. Por eso, los “Presupuestos Generales para 2009 son los más austeros y responsables que este país ha tenido en muchos años”, puntualiza. El Gobierno recuerda todos los días que ha apostado de forma clara “por el gasto productivo, pero también por un gasto social razonable y solidario”, por si alguien tenía alguna duda de los compromisos suscritos por Zapatero.
No obstante, cuando el argumentario se acaba, lo mejor es dar marcha atrás y pasar el balón al centro del campo. “Yo tampoco entraré ahora a calificar la situación de carácter económico. Si es una desaceleración muy acelerada, si es un desaceleración muy profunda. Pero en todo caso, no estamos ahí como consecuencia de un problema de origen laboral”, dijo el otro día el Ministro de Trabajo, Celestino Corbacho. En otras palabras: pregúntenle a Solbes.
"GOBERNAR MAL, SI LO SABEN HACER PERO TRATAR DE ENGAÑARNOS COMO SIEMPRE, NO".
"SOLBES SE HA CONVERTIDO, EN UN DISCIPULO MÁS DE LOS EMBUSTES DEL PSO...E".
"El Gobierno quiere transmitir certidumbre ante la “casi recesión”. Para ello, ha intercalado su discurso de mensajes reiterativos para alejar la tormenta financiera de los ciudadanos".
La fuerza de la expresión no es una de las facultades más destacadas del vicepresidente económico, Pedro Solbes. Sus discursos lentos, técnicos y en voz baja no rebosan, a simple vista, de elocuencia. Es decir, de capacidad para persuadir o deleitar a su público. Sin embargo, el engranaje de sus palabras no es ni mucho menos casual. Como un buen compositor, Solbes no se olvida de incluir en cada una de sus apariciones públicas una música recurrente, un mensaje central o leitmotiv que aleje del escenario al espeluznante monstruo de la crisis.
La consigna dentro del equipo económico del Gobierno es clara: una vez admitido que lo que sufre España se llama crisis y no “desaceleración transitoria ahora más acusada”, hay que transmitir a los ciudadanos la sensación de que están en buenas manos. Por eso, Solbes se ha puesto el brazalete de capitán con un decálogo de mensajes claro y recurrente frente a la crisis.
“Los ciudadanos pueden estar tranquilos. Sus ahorros están asegurados” “porque España está mejor preparada que nunca para afrontar los problemas” y “porque la exposición al shock financiero es mínima, gracias a la solvencia de nuestros bancos y cajas”. De hecho, “el Gobierno ha actuado con rapidez y somos el país que más esfuerzos ha realizado para salir de la crisis”.
“Las fortalezas de la economía española y las medidas que vamos a seguir tomando contribuirán a recuperar el crecimiento a partir de 2010”, repite a diario el vicepresidente. Solbes se obstina también en dejar claro que las previsiones económicas “caducan el mismo día en el que son lanzadas”. Por eso, en cierto modo, debería ser lógico que la economía crezca un 1,6% este año y no un 3% como defendió el Gobierno hasta abril; que las cuentas públicas cierren en números rojos y no con un mullido colchón fiscal como presumía hasta hace poco José Luis Rodríguez Zapatero; o que el resto de indicadores de actividad se hayan desplomado en apenas medio año.
La suave desaceleración del sector inmobiliario “ha sido más acusada de lo esperado”, insiste Solbes. Pero por la confluencia de “dos shocks internacionales” de última hora: la crisis financiera y la tensión del petróleo. Por eso, España, a pesar de estar mejor preparada que nunca, se acerca vertiginosamente a la recesión. "Crecimiento cercano a cero". El Gobierno, en todo caso, ha intentado “adaptar sus previsiones a las de los principales organismos internacionales y al consenso nacional”. Los mismos que hace ya más de un año comenzaron a vislumbrar bastantes sombras en el panorama económico proyectado por Solbes.
En España “esta lloviendo”, pero no sufre todavía “las torrenteras” de otros países, afirma Solbes. Hasta que amaine el temporal, la receta del vicepresidente consiste en guardar “austeridad” en casa. Por eso, los “Presupuestos Generales para 2009 son los más austeros y responsables que este país ha tenido en muchos años”, puntualiza. El Gobierno recuerda todos los días que ha apostado de forma clara “por el gasto productivo, pero también por un gasto social razonable y solidario”, por si alguien tenía alguna duda de los compromisos suscritos por Zapatero.
No obstante, cuando el argumentario se acaba, lo mejor es dar marcha atrás y pasar el balón al centro del campo. “Yo tampoco entraré ahora a calificar la situación de carácter económico. Si es una desaceleración muy acelerada, si es un desaceleración muy profunda. Pero en todo caso, no estamos ahí como consecuencia de un problema de origen laboral”, dijo el otro día el Ministro de Trabajo, Celestino Corbacho. En otras palabras: pregúntenle a Solbes.
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