"UNA HONRADA PROSTITUTA".
"PROSTITUTAS CALLEJERAS".
"Con las piernas bien desnudas;
y con poca vestimenta,
una queda medio muda...
Sólo haciendo reverencias.
El monedero y las "gomas";
y una inocencia olvidada,
con coches y muchas bromas...
Sólo un cliente quedaba.
Con la billetera llena;
arrastran cerca sus miedos,
ya me siento muy rellena...
Tengo el corazón de hielo.
Sus ojos sólo miraban;
unos ojos que quemaban,
yo mientras tanto estirada...
Con mi boca sus guarradas.
Esperando una semana;
de una noche que no llega,
a mi me gritaba ¡¡hermana!!...
Me tomó por la "gallega".
En este oficio tan duro;
te llames como te llames,
siempre tendrás otro chulo...
Seas Josefa o "Maricarmen".
Unas lágrimas rebeldes;
van rozando tus mejillas,
los colores tan endebles...
En suelos y alcantarillas.
Pero tus lágrimas secas;
entorpecen tu pintura,
otra que aparenta terca...
Facilita con fortuna.
Están escritas en las calles;
se leen por los rincones,
son mujeres de mil Valles...
Y también de maricones.
Soberanas como reinas;
solapadas por gentuza,
más tres o cuatro se peinan...
Mientras otra lo engatusa.
¿Que precio tienes hermosa;
-en mi casa o en el coche,
me llaman la "revoltosa"...
Contigo acabo la noche.
Son quince euros en tu coche;
en mi casa veinticinco,
tendrás tiempo es de noche...
Date pena y hecha un cisco.
¡¡No me vengas con las prisas;
entero y no me acobardo,
ya de verte me entra risas...
Espera que aparco en vado.
Le enseñé donde vivía;
un piso modesto y limpio,
dijo que era Jeremías...
Aquello no era el Olimpo.
Las luces son todas rojas;
dos sillas y tres taburetes,
una con la pata coja...
Y otra cerrando el retrete.
Ahí se encuentra mi baño;
lavate bien tu "cosita",
que vendrás de año en año...
A mi me llaman "Rosita".
Te veo limpio y elegante;
mis clientes son vulgares,
una mitad son tunantes...
Venido de mil lugares.
Eres guapo y refinado;
moreno y con buen cuerpo,
no como los he tratado...
Son malandrines y cuervos.
¿Tu dirás como lo hago;
si comienzo por el pito,
para mi será un halago...
¿Te lo quitas, o lo quito.
Fueron horas de rutina;
casi amanecía el día,
yo sólo soy una gatita...
Más tarde no me cabria.
Hecho el servicio y acabo;
¡¡joder llevamos tres horas,
cansada sin menoscabo...
¿Quien se acuerda de la honra.
Le cobraré unos quinientos;
son tres horas de cansancio,
más tengo remordimientos...
Siempre justo y despacio.
Dejaré que duerma un poco;
que cuerpo que "ejen" tiene,
si está cuerdo y no es loco...
Este chico se mantiene.
Bajaré al desayuno;
el bar debe estar abierto,
en esta calle solo hay uno...
Con comidas y cubiertos.
Pasó casi media hora;
y esperó tres cuartos más,
se notó como indolora...
Como esta noche jamás.
Subió y seguía cantando;
la puerta de par en par,
en la escalera tanteando...
Le entró ganas de volar.
Aquel guapo mozalbete;
le había hecho que pensar,
parecía tener billetes...
Lo tendría que "repasar".
Abrió la puerta del piso;
y fue a la habitación,
se desnudó y con viso...
Con sorpresa demudó.
En una de las mesitas;
encontró muchos billetes,
un vaso y una tacita...
Un puñal y un estilete.
Una nota acompañaba;
"encantado amante mía",
quedó muda y aletargada...
"Lo siento, no la quería".
Era un joven de una boda;
posible que fuera el novio,
y la abandonó por todas...
No creo fuera un tenorio.
Me deja casi tres mil;
¡¡Dios mio es lo que gano,
en este maldito Abril...
En este pueblo lejano.
Y la joven prostituta;
soñando canta feliz,
compraria ropa de puta...
Y aquel día comió perdiz.
"Guti".
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