"UNA VIDA DIFERENTE".
"UNA VIDA DE ERMITAÑO".
"Estos pensamientos míos;
desvanecido en el viento,
algunas veces me río...
A veces estoy muy contento.
Paro y detengo mi brío;
no se si me he vuelvo loco,
por la orillita del río...
Caminando poco a poco.
Aunque distingo a lo lejos;
y veo los olivares,
carne huesos y pellejos...
¡¡Y no se si son reales.
Averiguaré el remedio;
¿si tienen muchas olivas,
un perro cruza por medio...
Cortándome la salida.
Sus ojos como la sangre;
no ladra; sólo bramidos,
miro que no se desangre...
Bramando enseña colmillos.
Oyendo un fuerte estampido;
oigo una bala rozando,
el perro cesa en bramidos...
Y termina agonizando.
Veo venir un cazador;
lo miro y casi me espanto,
corriendo van otros dos...
Un cuarto se estaba al tanto.
-Siento mucho este gran susto;
el perro estaba rabioso,
si le muerde es un disgusto...
¡¡Siento matarle; es odioso.
Perdió el entendimiento;
su lucidez a intervalos,
ya tengo remordimientos...
Por haberlo asesinado.
Mi buen perro preferido;
pues del peso de mis penas,
le disparé y cayó herido...
Esa será mi condena.
Luego que tratemos esto;
quiero compensarle el susto,
matar perros lo detesto...
Pero he evitado un disgusto.
Era mi perro querido;
lo quería como un hijo,
con la rabia y muy herido...
¡¡Ya me importaba cien pijos.
El cazador poderoso;
tan fiero y tan bien armado,
lloró con tiernos sollozos...
Los tres ya se han arrimado.
Echó mano a su cartera;
y me ofreció un buen fajo,
dije ¡¡no!!; en la carretera...
No había caído tan bajo.
Les saludé con la mano;
y proseguí mi camino,
¿son los verdugos humanos...
Los asesinos caninos.
Como otro cualquier sujeto;
el perro yacía en sus brazos,
sin hablar y sin un gesto...
Lo lloraba con abrazos.
Seguí caminando triste;
por un camino de hiedras,
me pareció casi un chiste...
Había pisado una mier..?.
Como no tengo ese gusto;
con hierbas limpié mis botas,
eso si que era un disgusto...
¡¡No las piedras que me estorban.
Un camino tranqueado;
con una suave pendiente,
palomares saqueados...
Por algún terrateniente.
¿Que no estará a su servicio;
son gentes muy poderosas,
son gentuza con sus vicios...
¡¡Viejas podridas y babosas.
Me oigo y no me entiendo;
no entiendo ni mis palabras,
del cabreo me desentiendo...
Y al gritar cae la baba.
¡¡No es mi caso Señorías;
no divaguen con entuertos,
vivo en linda "Barquería"...
¡¡Más bien vivo; casi muerto.
Pero entiendo que soy necio;
al comentar cosas raras,
aún soy joven y muy recio...
Soy guapo con buena cara.
Tan lejos de las ciudades;
y el ronroneo de los coches,
libre de las vaguedades...
Tan limpio hasta de noche.
Un aire puro y salino;
muy cerquita de la mar,
no es un aceite "ricino"...
¡¡Ni un podrido calamar.
Hay un río que la bordea;
mi modesta casa blanca,
al lado de una "veréa"...
Donde el río más se estanca.
La noche una delicia;
las estrellas refulgentes,
la brisa suaves caricias...
La luna brilla en mi frente.
Los pajarillos cantores;
con sus dulces repertorios,
el campo sin los tractores...
Llegaban al dormitorio.
Desde que perdí a mi Ana;
no he querido más mujeres,
¡¡Hay que ver como la amaba...
Aún recuerdo sus quereres.
Como ven vuesas mercedes;
mi vida es muy monacal,
ya me despido de ustedes...
¡¡Ya me voy a descansar".
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