"UN AQUELARRE EN GALICIA".
"EN UNA NOCHE DE BRUJAS".
.- Vuesas mercedes perdonen;
si estoy bebido y errante,
si ya no tengo ni amante...
Quedan pequeños mis dones.
Atacado por ladrones;
cuando atravesé la hera,
tirados entre mojones..
Cercano a la carretera.
En el bosque vi una hoguera;
vislumbré un coro de damas,
en el centro un fuego en llamas...
Al lado junto a una higuera.
Una gran fuente a la vera;
mujeres guapas y graciosas,
vi viejas como rameras...
En sus cabellos; una rosa.
Vi a una niña preciosa;
contaría unos quince años,
¿pensarian hacerle daño...
Si era linda y muy hermosa?.
Mozas con tetas gloriosas;
ardientes y protestantes,
con el cabrón codiciosas...
Por atrás y por delante.
Lleva un precioso colgante;
su vestido blanco y puro,
lo visto por mi fue duro...
Sus gritos fue el detonante.
Me dije; he visto bastante.
Lleno de vino es mi vicio,
las escenas eran cargantes...
¡Horrorosa!; un desperdicio.
Se ha comenzado de oficio;
un acto muy horroroso,
queman aquel cuerpo hermoso...
Y ha empezado el sacrificio.
La hoguera arde de inicio;
el cabrón muy caprichoso,
en mi árbol había un resquicio...
Que manaba algo lechoso.
Con tres círculos viciosos;
le arrancan el corazón,
se oyen gritos y su clamor...
Entre abrazos codiciosos.
El gran cabrón malicioso;
entre espumajos y babas,
con un vergajo horroroso...
Entre cuatro; tres se acaba.
El cruel aquelarre acaba;
la sangre brilla en la noche,
el sacrificio era el broche...
Un cuerpo joven quemaba.
La visión me mareaba;
sentía nauseas y ardor,
la joven quedó quemada...
Con sus gritos y su dolor.
No siendo un acto de amor;
sus cuerpos lindos y hermosos,
desnudos y muy orgullosos...
Que corrompen la razón.
Exponiendo su pasión;
con necias exposiciones,
las mujeres en oración...
Desguisadas y sin honores.
Gritos de altos clamores;
gestan su amor ordinario,
siendo algo extraordinario...
Con Belcebú y sus amores.
Se armonizan los dolores;
con cábalas y mala suerte,
van perdiendo los honores...
Al rededor de una fuente.
Un cabrio grande y fuerte;
cópula con varias damas,
ríen cantan y se exclaman...
Entre aquel cuerpo inocente.
Viendo escenas indecentes;
oigo gritos y suspiros,
de aquella niña yacente...
Me mareo; no respiro.
Entre sus bucles y zafiros;
claman turbadas el intento,
desaguisadas en el viento...
Comen uvas de racimos.
Como hombres no nacimos;
tenemos más sentimientos,
como varones quisimos...
No alterar los pensamientos.
Entre el fuego de sarmientos;
saltan, bailan y trasnochan,
vino, panes y con antorchas...
Se pierden en desconcierto.
El gran cabrón con aciertos;
las poseía por detrás,
su vergajo el diez por ciento...
Crecía para gozar.
Me alejé de aquel lugar;
vomité hasta mis entrañas,
que un borracho nunca engaña...
Creo que vi la verdad.
¡Lo soñé!; ¿o fue real?.
Me desperté en la mañana,
mi cuerpo estaba fatal...
Cubierto y lleno de babas.
"Guti". "El Romancero".
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