"EL COLISIONADOR DE HADRONES "AL PARO TAMBIÉN".
"EL GRAN COLISIONADOR SE INAUGURARÁ OFICIALMENTE,
SIN ESTAR REPARADO. LA INSTALACIÓN CIENTIFICA,
NO VOLVERÁ A FUNCIONAR HASTA LA PRIMAVERA".
"ADRIA: DE LA COMIDA DE INAUGURACIÓN, NADA DE NADA"
El presidente Nicolas Sarkozy, el rey Juan Carlos y varios centenares de personalidades más asistirán el próximo día 21 a la solemne inauguración del LHC o Gran Colisionador de Hadrones, en Ginebra (Suiza), pero no podrán ver cómo funciona porque la instalación está averiada. El LHC fue presentado a la comunidad científica el 11 de septiembre, con indudable éxito, pero a los nueve días tuvo que pararse por completo debido a un problema técnico en la conexión eléctrica de dos imanes. La máquina no volverá a conectarse hasta la primavera.
La fecha del 21 de octubre, prevista desde hace meses, se ha mantenido porque es prácticamente imposible encontrar otro día que satisfaga las apretadas agendas de los insignes asistentes, subrayan fuentes del CERN, el centro de investigación nuclear que acoge el LHC. Además, que la máquina no funcione ahora no significa que no se puedan inaugurar las instalaciones, añade el español Enrique Fernández, presidente del comité de política científica del CERN. "El director general Robert Aymar preguntó a los miembros del consejo y se llegó a la conclusión de que lo mejor era mantener la fecha", precisa Fernández.
El problema no es muy grave, pero para reparar la máquina, que funciona a 270 grados bajo cero, es necesario calentarla a temperatura ambiente y luego volverla a refrigerar. "Y eso llevará unas semanas", dice el CERN. Además, aunque la máquina esté arreglada en noviembre, no se pondrá en marcha hasta marzo porque, como ya estaba previsto desde un inicio, todos los inviernos se parará coincidiendo con el momento de mayor consumo energético en Suiza.
Así pues, debido a las paradojas de la técnica y de los compromisos de agenda, las autoridades podrán visitar las instalaciones y pronunciar sus parlamentos, pero en la fiesta no les acompañarán los protones corriendo a la velocidad de la luz. Y las únicas colisiones serán las que puedan producirse en los accesos de entrada o en los aperitivos.
"¿GASTRONOMÍA MOLECULAR?"
La comida, por cierto, también ha sido motivo de discrepancias. El CERN informó ayer en una nota de prensa de que el cocinero Ferran Adrià sería el encargado de preparar "el bufet de gastronomía molecular" que acompañará la inauguración, una posibilidad desmentida por el chef de El Bulli. Adrià se mostró incluso disgustado por el anuncio: "No tengo ni idea de qué me está hablando, comentó a este diario. Ese día no estaré en Ginebra ni se comerán platos de El Bulli. Además, me desagrada el nombre de cocina molecular aplicado a mis platos". Para más inri, el propio Adrià tiene previsto pronunciar el próximo enero, durante el festival Madrid Fusión, una conferencia titulada premonitoriamente Desmontando la cocina molecular.
A Adrià, según concluye la nota, le iba a acompañar el cocinero italiano Ettore Bocchia, mientras que la Orquesta de Suiza Romanda interpretaría música de Philip Glass (aunque no se precisa si será la oportuna ópera Einstein on the beach).
"CON LA RUINA QUE SE NOS VIENE ENCIMA, Y ESTA GENTE PENSANDO EN LA COMIDA".
SIN ESTAR REPARADO. LA INSTALACIÓN CIENTIFICA,
NO VOLVERÁ A FUNCIONAR HASTA LA PRIMAVERA".
"ADRIA: DE LA COMIDA DE INAUGURACIÓN, NADA DE NADA"
El presidente Nicolas Sarkozy, el rey Juan Carlos y varios centenares de personalidades más asistirán el próximo día 21 a la solemne inauguración del LHC o Gran Colisionador de Hadrones, en Ginebra (Suiza), pero no podrán ver cómo funciona porque la instalación está averiada. El LHC fue presentado a la comunidad científica el 11 de septiembre, con indudable éxito, pero a los nueve días tuvo que pararse por completo debido a un problema técnico en la conexión eléctrica de dos imanes. La máquina no volverá a conectarse hasta la primavera.
La fecha del 21 de octubre, prevista desde hace meses, se ha mantenido porque es prácticamente imposible encontrar otro día que satisfaga las apretadas agendas de los insignes asistentes, subrayan fuentes del CERN, el centro de investigación nuclear que acoge el LHC. Además, que la máquina no funcione ahora no significa que no se puedan inaugurar las instalaciones, añade el español Enrique Fernández, presidente del comité de política científica del CERN. "El director general Robert Aymar preguntó a los miembros del consejo y se llegó a la conclusión de que lo mejor era mantener la fecha", precisa Fernández.
El problema no es muy grave, pero para reparar la máquina, que funciona a 270 grados bajo cero, es necesario calentarla a temperatura ambiente y luego volverla a refrigerar. "Y eso llevará unas semanas", dice el CERN. Además, aunque la máquina esté arreglada en noviembre, no se pondrá en marcha hasta marzo porque, como ya estaba previsto desde un inicio, todos los inviernos se parará coincidiendo con el momento de mayor consumo energético en Suiza.
Así pues, debido a las paradojas de la técnica y de los compromisos de agenda, las autoridades podrán visitar las instalaciones y pronunciar sus parlamentos, pero en la fiesta no les acompañarán los protones corriendo a la velocidad de la luz. Y las únicas colisiones serán las que puedan producirse en los accesos de entrada o en los aperitivos.
"¿GASTRONOMÍA MOLECULAR?"
La comida, por cierto, también ha sido motivo de discrepancias. El CERN informó ayer en una nota de prensa de que el cocinero Ferran Adrià sería el encargado de preparar "el bufet de gastronomía molecular" que acompañará la inauguración, una posibilidad desmentida por el chef de El Bulli. Adrià se mostró incluso disgustado por el anuncio: "No tengo ni idea de qué me está hablando, comentó a este diario. Ese día no estaré en Ginebra ni se comerán platos de El Bulli. Además, me desagrada el nombre de cocina molecular aplicado a mis platos". Para más inri, el propio Adrià tiene previsto pronunciar el próximo enero, durante el festival Madrid Fusión, una conferencia titulada premonitoriamente Desmontando la cocina molecular.
A Adrià, según concluye la nota, le iba a acompañar el cocinero italiano Ettore Bocchia, mientras que la Orquesta de Suiza Romanda interpretaría música de Philip Glass (aunque no se precisa si será la oportuna ópera Einstein on the beach).
"CON LA RUINA QUE SE NOS VIENE ENCIMA, Y ESTA GENTE PENSANDO EN LA COMIDA".
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