"GAZA: VUELTA AL "COLE", DESPUÉS DE LA
GUERRA". "DE LAS CUATROCIENTAS ESCUELAS,
TREINTA Y CINCO, FUERON DESTRUIDAS".
"Ampliar foto". UN NIÑO PALESTINO, MIRA UNA CLASE DESTRUIDA,
EN LA ESCUELA DE PRIMARIA DE NACIONES UNIDAS DE
BEIT KLAHIYA".
"AGENCIAS. 24.01.2009. - 18:45.h."De las cerca de cuatrocientas escuelas, unas 35 fueron destruidas. La primera semana irá destinada a dar apoyo psicológico a los niños. Durante tres semanas, muchos estuvieron encerrados en sus casas".
"Los niños de Gaza, volvieron a la escuela para toparse con una realidad de aulas derruidas, pupitres rotos, libros destrozados y compañeros, a los que ya nunca volverán a ver. El regreso al colegio no sigue esta vez, a unas vacaciones familiares, sino a la guerra más mortífera, que ha vivido la franja palestina en los últimos cuarenta años, y a una violencia que a los pequeños les costará mucho dejar atrás".
"Me he quedado alucinada, cuando esta mañana volví a clase y descubrí, que mi compañera Cristina Al Torok, ha sido asesinada durante la guerra", dijo a Efe Dona Matta, una cristiana palestina de 16 años que volvió hoy, por primera vez en un mes, al colegio de la Sagrada Familia en Gaza capital".
"LA SITUACIÓN PSICOLÓGICA DE LA GENTE, ES MUY MALA".
"Según ella, aunque ahora la guerra haya terminado, "la situación psicológica de la gente es muy mala, vamos a necesitar terapia mucho tiempo". Se pueden ver las marcas de las bombas, en las paredes del colegio", asegura Mohamed Abu Jalala, de 15 años, en cuya escuela, Al Fakhoura, murieron hace poco más de una semana, por un bombardeo israelí 55 palestinos, que se habían refugiado dentro".
"Es muy duro para todos, volver a este escenario. En mi clase, hay cuatro niños que han sido asesinados, y otros diez más, de otras clases están heridos en los hospitales", dice Mohamed, que se reconoce enfadado, triste, y "lleno de odio hacia Israel por lo que nos ha hecho".
"Nadie perdonará a Israel, los crímenes que ha cometido contra nosotros", asegura. Los alumnos se cuentan unos a otros, cómo han pasado las últimas semanas, donde se han refugiado, las cosas terribles que han visto, cómo han encontrado sus casas, los familiares que han perdido, la ayuda que han llegado o no han llegado a recibir".
"NO SABIA, SI MIS AMIGOS VIVIRIAN".
"La casa de Amal Baker, de 17 años, está al lado del hospital de Shifa, el más importante de Gaza, y los sonidos de las ambulancias, las bombas y los aviones de guerra, le han impedido dormir durante casi un mes. "Estaba muerta de miedo, no sabía si mis amigos sobrevivirían", asegura".
"Según el Ministerio de Educación en Gaza, controlado por Hamás, alrededor de 200.000 niños volvieron a las aulas, menos de una semana después del cese de las hostilidades, pero se han tenido que hacer malabarismos para lograr darles a todos un sitio donde sentarse".
"De las cerca de cuatrocientas escuelas de Gaza, unas 35 fueron destruidas por las bombas israelíes y otras tantas están aún siendo utilizadas, como refugio por las más de 4.000 familias que han perdido sus casas".
"Muchos alumnos, han tenido que ser redistribuidos en otros centros, que se han visto obligados a abrir turnos de noche, y a juntar dos o tres clases en una sola, llegando a tener hasta 120 alumnos por aula, para poder atender a todos".
"Las autoridades educativas, y de la agencia de la ONU, para los refugiados palestinos, han pedido a los colegios, que dediquen esta primera semana de clases, a dar apoyo psicológico a los menores, para ayudarles a recuperarse del trauma, y los profesores han recibido instrucciones de animarles a hablar, sobre lo que han vivido".
"No será fácil, para los pequeños olvidar los gritos, el olor a pólvora, el miedo que ha atenazado a sus familias, y sus vecinos durante 22 días de ataques continuos".
"Durante tres semanas, muchos estuvieron encerrados en sus casas, pendientes únicamente de la televisión, la radio, las llamadas telefónicas a los familiares, las caras de tristeza y terror de sus padres".
"Algunos se vieron obligados, a huir deprisa de sus hogares, y ciudades para trasladarse a casas de conocidos, en áreas más seguras o acabaron en los refugios de la ONU, y casi todos padecieron escasez de alimentos, y cortes constantes de luz y agua corriente".
"La mayoría, están contentos de volver al colegio, de recuperar poco a poco sus vidas, pero llevan en sus ojos, la pesadumbre de las malas noticias, y el cansancio de semanas de horror. La esperanza escasea, en las palabras de Lara Abu Ramadan, una adolescente de 17 años del instituto Ahmed Shawqi".
"Estaba convencida, de que: Esto no ha sido el final. Israel sigue existiendo, Gaza sigue existiendo, y el alto el fuego no va a acabar con el conflicto. Sólo terminará cuando haya un acuerdo de paz, entre Israel y nosotros".
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