"EN SU PRIMERA VEZ LA OFENDÍ".

"POR SU RUINOSA VIVIENDA".

Su fina mano en mis manos;
sus ojos negros en mis ojos,
su cuerpo hermoso en el llano...
Ampliado el vestido rojo.

¿Será un presagio muy lento;
en su amorosa cabeza,
si veo sus ojos contentos...
Sin atisbos de tristeza.

Era su primera vez;
era una entrega al amor,
tan digna de merecer...
Como una bella canción.

Se apoya sobre mi hombro;
su cuerpo estaba desnudo,
el cuarto llenos de escombros...
De mirarla quedo mudo.

Dios sabe que ha acahecido;
con tiempo tan perezoso,
tantas veces escondido...
Viendo aquel cuerpo precioso.

Hemos cabalgado juntos;
tras unos sueños lejanos,
hemos tenidos disgustos...,
Con vivencias de otro plano.

Los misterios y sus sombras;
pasó como un simple soplo,
hay momentos que me asombra...
De que manera me acoplo.

Contemplo su desnudez;
me asombra con su sonrisa,
me entra tartamudez...
Más lo corrijo deprisa.

Con qué exquisitos modales;
cuanto aplomo y cuanta gracia,
sus ojos rien a raudales...
Después de aquella desgracia.

Yo creo que en alguna parte;
tendría que haber decencia,
pero en amor se comparte...
Y más sin mucha experiencia.

Sigue guardando silencio;
hermosa como una ninfa,
sus ojos son un misterio...
Como pepona en la rifa.

Fuera se oian más voces;
eran voces de vecinas,
noté en mis labios su roce...
.- Son muy cerdas y muy cochinas.

Las comádres de mal royo;
ancianas casamenteras,
que inventan galante embrollo...
En zonas tan placenteras.

Son historias tan perdidas;
con sus manjares sabrosos,
que a veces son repetidas...
Si son sueños amorosos.

Para ser bien devorado;
en su placer y su alcurnia,
lo mismo estar enclavado...
Tanto da si es Cataluña.

.- Muy discreta y casta noble;
con maderas de altos olmos,
fuertes como el mismo roble...
Comentarlo ya es el colmo.

Esta casa es un ruina;
desvencijado el portal,
entre escombros y aceitunas...
Vivir aquí es mortal.

Umbrales con puertas viejas;
pared de yeso y cemento,
ladrillos con viejas tejas...
.-Callad, no sois muy discreto.

Palabras bien orientadas;
sibilinas y ostentosas,
algo en su tono crispaba...
Ya no la vi tan hermosa.

Sus ojos eran puro fuego;
sus gestos eran contundentes,
desapareció su juego...
Su cara no era inocente.

Se levantó de improviso;
recogió pronto su ropa,
se comportó como un bicho...
Aún contemplé su popa.

Creo que metí la pata;
al desdibujar su entorno,
tan cabreada y tan harta...
Hatajos de tomo y lomo.

He perdido una aventura;
más no he perdido la guerra,
estoy frío y sin calentura...
Me echaré atrás si se emperra.

"Guti".


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