"UN ABANDONO ESPERADO".

"HAY CUERNOS DE MIL COLORES".

Esta historia que les cuento;
la contare a mi manera,
es la forma verdadera...
Porque hubo sus encuentros.

Mujeres como rameras;
no saben estar muy solas,
son rojas como amapolas...
Las hay de hierro y madera.

Hay mujeres muy leales;
otras débiles y hermosas,
nunca son muy amorosas...
Y existen casos reales:

Se presagia una tormenta;
el camino serpentea,
es como un libro de imprenta...
La débil luz se blanquea.

La luna presa se infesta;
las estrellas palidecen,
la hierba que reverdece...
Naturaleza perfecta.

Surgen espinas doradas;
con el soñar de la brisa,
se escoran y se divisan...
Espinas que están clavadas.

Pinos caídos en retazos;
hacen el sendero estrecho,
sin vergüenza y sin derecho...
Esta es la historia a pedazos.

A veces escribo y aprecio;
tantas tonterías vanas,
tres poemas entre semana...
Con mi angustia y mi desprecio.

Conocí a una mujer bella;
casadera y muy hermosa,
era linda y orgullosa...
Relucía como una estrella.

Dispuesta y avariciosa;
quejosa de su abandono,
me encontré triste y muy solo...
También era codiciosa.

Esta historia la he vivido;
preguntarán si es reciente,
soy mayor y no es urgente...
Con compromisos cumplidos.

Con los deberes debidos.
siempre había tenido quejas,
siendo historia tan añeja...
Buenos cuernos he recibido.




"SEGUNDO ACTO:

Como soy buen montañero;
me alejaba de mi hogar,
avaricioso en lograr...
Me avisan los compañeros.

.- ¡Cuidado que la secuestran!;
cuidate ese alma en pena,
tu moza esa gran morena...
¿Si regresas no la encuentras?.

Y ocurrió aquella tragedia;
para mi fue un golpe duro,
me enfrente a mis apuros...
Y pensé que era comedia.

Yo proseguía en mis labores;
me reía de sus engaños,
más tuve un gran desengaño...
¡Me robaron los ladrones!.

¿De quien es culpa; me dije?,
tanto tiempo abandonada,
hermosa que mareaba...
Por bajines me maldije.

Mi bella dama abrumada;
solitaria con sus sueños,
pretendiendo otro dueño...
Ya no estaba enamorada.

Me dijeron que la vieron;
con un doncel muy apuesto,
cualquier mozo era dispuesto...
Más nunca los detuvieron.

.- ¡Por fin se acabó el tormento!;
el aire mudo y sombrío,
se oye el rumor del río...
Oigo palabras en el viento.

Después del fallido intento;
me renací a ojos vista,
conocí a una moza lista...
Y con ella estoy contento.

He abandonado mis vicios;
de trepar por las laderas,
mi dama es muy verdadera...
Y no le gusta mi oficio.

Se acabaron las montañas;
sus laderas y sus picos,
ahora que soy medio rico...
¡Esta moza no me engaña!.

Es celosilla y me araña;
cuando le gasto una broma,
con su fragancia y su aroma...
En mi cama bien me apaña.

"Guti"."El romancero".


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