"EL PANORAMA DE ANTES Y EL DE AHORA EN MADRID Y EN EL RESTO DE ESPAÑA".



.- Los habitantes de la parte rica de Madrid sin confinar con sus chalés de 250 y 300 metros cuadrados y 400 y 500 metros de jardín, salen con buenos coches hacia sitios más generosos mientras, la parte obrera con viviendas de 50 y 60 metros cuadrados en donde conviven familias de 3, 4 y 5 ciudadanos si tratan de confinarlos. Estos bloques de vecindario obrero salen diariamente a sus trabajos aglomerados de trabajadores en metros y autobuses. 

Autonomías que esconden sus enfermos con positivos de Covi-19 y muchos que tenían que estar hospitalizados los envían a sus domicilios y encima dan datos erróneos con  retrasos de casi una semana.

Así vamos en Cataluña, Aragón, Navarra, Euskadi, Las Baleares y las Canarias esta última por la ingente cantidad de inmigrantes llegados a sus costas.


.- En el mapa ideológico de Madrid, San Blas ha sido tradicionalmente zona roja. El PP no logró imponerse en este distrito compartido con Canillejas hasta las municipales de 2007, pero el populoso barrio de raigambre obrera, situado al este de la capital, sigue siendo granero de la izquierda, como demuestra un hecho reciente: el primer local de Podemos inaugurado en la periferia madrileña se ubica allí. En las últimas elecciones europeas la formación de Pablo Iglesias ya cosechó más votos que el PP en algunas zonas del barrio.

.- Cromáticamente, San Blas también fue siempre un barrio tan colorado como el ladrillo visto que lucen las fachadas de sus bloques de viviendas, aunque su construcción, en los tiempos del blanco y negro, fuese una idea de la España azul. Lo recuerda el historiador Ricardo Márquez en su nuevo libro San Blas, donde describe minuciosamente (e ilustra con fotografías) el desarrollo, promovido por el franquismo, del gran barrio obrero de Madrid: un gigantesco proyecto que pretendía paliar la escasez de vivienda en la década de los 50, cuando la inmigración rural que llegaba a la capital se hacinaba en chabolas. «Incluso en cuevas», apunta este especialista en el pasado de los barrios madrileños.

.- Levantado en medio de la nada, venía a paliar la escasez de vivienda de los 50

"San Blas fue el buque insignia del desarrollismo español, un ejemplo de nueva ciudad construida desde el Estado". Así lo vendía la propaganda de la dictadura: la inauguración del "Gran San Blas" en 1962, con Franco dándose un baño de masas, fue portada de los periódicos de la época. 

.- Menos eco tuvo en la prensa la apertura, un año antes, del primer colegio del barrio: incluso se produjeron disturbios ante la escasez de plazas escolares. «Como en todos los barrios que se hicieron en esa época, no había equipamientos, y tuvieron que pasar más de 25 años para que se solucionaran esos problemas», apunta Márquez, que en su libro enumera las carencias de un proyecto diseñado «casi como una ciudad autónoma», lejos del casco urbano y sobre un terreno despoblado.

.- En San Blas todo era nuevo, incluso el nombre. Aquella zona rústica de Madrid se denominaba El Cerro de la Vaca hasta que en 1952, poco antes de que emergieran las grúas, se decidiera rebautizar para dedicársela al santo.

.- Las obras comenzaron en 1955, pero los equipamientos siempre llegaron a rebufo y con retraso. Por ejemplo, el depósito de agua que todavía resiste en la calle Hermanos García Noblejas fue inaugurado cinco años después de la primera entrega de llaves. Entre tanto, el agua llegaba a cuenta gotas en verano a las viviendas situadas a más altura.

.- El primer mercado también se hizo de rogar, y los vecinos se acostumbraron a abastecerse con la venta ambulante o acudiendo a El Zoco, una calle de tierra donde se apiñaban, como en un poblado africano, precarias tiendas en barracas.

.- Los primeros tranvías que llegaron a San Blas lo hicieron sorteando rebaños de ovejas, imagen que inmortalizó una escena de la película El Pisito, protagonizada por José Luis López Vázquez.

.- Tuvieron que pasar más de 25 años para que lo dotasen de equipamientos.

.- En las 30.000 viviendas de San Blas se alojó mano de obra para los polígonos industriales próximos, pero también a mutualistas de los sindicatos verticales, niños de Rusia repatriados y, sobre todo, familias que el 'baby boom' convirtió en numerosas. El refrán castellano de «por San Blas, las cigüeñas verás» cobró nuevo sentido en un barrio proletario en todas las acepciones.

.- Según un informe de 1967, en San Blas se contaban 11.000 niños en edad escolar, pero apenas 4.000 plazas en colegios públicos: los cobradores lo llamaban «el barrio sin madre», porque era habitual que los menores abrieran las puertas de los domicilios para escaquear el pago de los recibos. La falta de escolarización tuvo consecuencias más serias, como la delincuencia juvenil que dejó estigma a partir de la década de los 70. Sin embargo, nadie ha llegado tan lejos como uno de esos niños criados en San Blas: hablamos de Pedro Duque, el único astronauta español. De Madrid al cielo, y de San Blas al espacio.

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