"UNA VIDA ALGO AGITADA".
"EL GIRO QUE DIO MI VIDA".
"Hoy me he levantado pronto;
una ducha y buen almuerzo,
me he quedado harto y tonto...
Esto ha sido un buen refuerzo.
Miro el reloj, son las once;
dejo el trabajo apartado,
vivo en la calle de "Ponce"...
El centro está muy castrado.
Me encamino hacia el garaje;
cojo mi todo-terreno,
ozú menudo engranaje...
Hay siete sacos terreros.
¿Quien cojones los ha puesto;
delante de tres turismos,
al lado de aquel gran huerto...
Con gran barrera de riscos.
El guaje estará con obras;
es asturiano y amigo,
tiene pasión por las cobras...
Y eso ya no va conmigo.
Serpientes hasta de colores;
pequeñas grandes y hermosas,
no atino cuantos dolores...
Son serpientes sigilosas.
Bueno he salido a la calle;
el trabajo me ha costado,
he apartado en la Salle...
Siete sacos recostados.
Puse la ruta hacia el campo;
la Capital no es muy grande,
me paré en un estanco...
Compré "Ducados" y "palante".
Fumar yo no fumo mucho;
este vicio es de muerte,
si no freno mato a un chucho...
El pobre ha tenido suerte.
Ya me encuentro en campo abierto;
cojo un camino rural,
tengo que ir muy despierto...
No mate a un animal.
En la curva del camino;
veo perros asilvestrados,
de varias razas caninos...
Son perros abandonados.
Algunos son de tamaño;
burdan mirando hacia arriba,
los grandes de pocos años...
Y otro gran grupo que arriban.
Miro con gran precaución;
subiendo las ventanillas,
miré con más atención...
Y allí había dos gitanillas.
Al primer mirar son hembras;
comencé a tocar el claxon,
en menuda reprimenda...
De gasóleo iba escaso.
Los perros no se asustaron;
y rodearon el coche,
fue un ataque tan frustrado...
Aplastando tres de golpe.
Ya los otros no atacaban;
y marcharon los dos grupos,
me acerqué y las dos estaban...
Que el miedo acabó su "cupo".
Llorosas y con desgarros;
no eran heridas de perros,
se bajaron de aquel árbol...
Que casi estaba en el cerro.
Me abrazaron y besaron;
nerviosas y con mucho miedo,
se juntaron y rezaron...
Es una cosa que entiendo.
Una jauría salvaje;
son peores que los lobos,
allí recordé que el guaje...
No había que temer a todos.
Las dos hembras se calmaban;
y vi que eran preciosas,
me besaban y me alababan...
Siendo mujeres hermosas.
El botiquín que tenia;
con vendas y alcohol muy puro,
le tenia casi manía...
Sólo me costó dos duros.
El desgarro de una pierna;
fue cuando subió al árbol,
ozú que pierna más tierna...
Le dije ¿que sientes algo?.
La morena en otro brazo;
arañazos y con sangre,
a un perro di un zapatazo...
Se movía que no arranque.
Puse la llave en contacto;
me fijé bien en sus blusas,
tendría que tener buen tacto...
Una "socia" la otra rusa.
Relataron su aventura;
la española muy nerviosa,
dos amigos "caraduras"...
Y se volvieron rabiosas.
Eran amigos de vista;
y las llevaron al campo,
más las dos siendo tan listas...
Los pusieron como a "cardos".
No hubo violaciones;
los cerdos encabruñados,
los dos no tenían "bemoles"...
Por no estar acostumbrados.
Miré el gasóleo muy presto;
se encendió la "bombillita",
me encuentro casi no siento...
Que las mozas eran bonitas.
Las blusas en sus desgarros;
enseñaban plenos pechos,
in mente me dije guarro...
Por preciosos y derechos.
Encontramos una casa;
a cien metros del camino,
siendo mujeres de casta...
Me importaban tres cominos.
Esto se acaba morena;
de gasóleo queda poco,
mejor valdría la pena...
Mirar la casa del loco.
Atardece muy deprisa;
y pronto será de noche,
no es una broma es de risa...
¡¡Vamos bajad ya del coche.
Miró bajo de una piedra;
y encontró roñosa llave,
la cubría largas hiedras...
Las que nacían en el valle.
Entró con una linterna;
y miró en el interior,
una cama y una litera...
Una mesa y un sillón.
La casa era muy vieja;
pero fuerte y muy pareja,
agua en botijo y lentejas...
Papas garbanzos entre rejas.
Era casa de labranza;
de vez en cuando vendrían,
desde el camino se alcanza...
Si por la noche venían.
Había ropa en un armario;
camisas y pantalones,
era un sitio rutinario...
Con tres batas con faldones.
Hay que pasar esta noche;
encenderé un buen fuego,
he aparcado mi coche...
Aquí comienzan los juegos.
Tengo en el coche dos mantas;
es Invierno y hace frío,
son las horas y son las tantas...
De esta aventura me río.
Y supe que se llamaban;
cuando dijeron su nombre,
me miraron y se alarmaban...
Viendo que yo era buen hombre.
la morena Guadalupe,
la rubia Eva Moriska,
entonces fue cuando supe...
Sonriendo casi visca.
Son prostitutas de lujo;
son mujeres para ricos,
en el coche tenia orujo...
No sabrían que era un pico.
Mujeres de "picos finos";
de tres mil euros al día,
yo que me llamo Rufino...
A nadie le envidiaría.
Galletas y chocolate;
de una compra muy reciente,
hay que vivir cada instante...
Practicarlo es muy corriente.
Cuatro vasos que compré;
en un chino del mercado,
aún tendré que sorprender...
Los cuatro vasos tarados.
La ocasión la pintan calva;
con dos portentos de lujo;
gusanos con cien mil larvas...
Nadaban entre el orujo.
Yo no se si estaban vivas;
el guaje me la envió,
llevaba hasta sardinas...
Chipirones "El Camión".
Las mozas estaban cambiadas;
con las batas del ropero,
las caras limpias y peinadas...
Con sus cuerpos tan morenos.
La cama era muy estrecha;
no cogian dos personas,
con dos mantas y tres perchas...
Se cubrió toda la "zona".
La separación muy justa;
los cuerpos casi rozaban,
era posición injusta...
Y eso ya me cabreaba.
En fin que culpa tenian;
la rubia y la morena,
las dos ya se entretenian...
Siendo las dos muy guerreras.
Sentí una mano en mi pierna;
una mano linda y fresca,
expresando era muy tierna...
Subió un frio que refresca.
El fuego se habia apagado;
el frio inundó la casa,
¿eramos realquilados...
Los tres eramos de casta.
El abrazo fue en conjunto;
yo me encontraba en el centro,
y me encontraba tan junto...
Como Rufino y su "Cetro".
Vaya noche más movida;
tocaban a "cuatro" manos,
nunca he tenido querida...
Tampoco he tenido hermano.
La rubia montó en el "potro";
la morena me besaba,
me miraban como troto...
Y eso ya que no pensaba.
Clareando la mañana;
dejaron de guerrear,
tan seco con la maraña...
Que no podia mover "ná".
Los tres montamos en el coche;
y cuando el coche paró,
los civiles de la noche...
Hicieron su aparición.
Esa fue la salvación;
los dos civiles marchaban,
al lado de la estación...
Su guardia ya se acababa.
Vivo de chulo y con suerte;
ya llevamos cinco años,
surgió como de repente...
Y eso a nadie le hace daño.
Con la morena un varón;
con la rusa dos gemelas,
yo como chulo cabrón...
Juanito, Ana y Helena.
"Guti".
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