"UN NAUFRAGO CON MUCHA SUERTE".
"Foto: JPG.
"ERA UN SUEÑO MUY REAL".
Cuando se hundía mi velero;
me acogieron en sus brazos,
en unos tiernos abrazos,
soy único marinero...
Con sed, hambre con retraso.
Desnutrido y ojeroso;
muy famélico y hambriento,
me quedé con desconcierto,
al ver cuerpos tan hermosos...
Y perdí el conocimiento.
Despertando al poco rato;
vi agua dulce en un gran vaso,
con gran sed en mis atrasos,
vi comida en siete platos...
¡Y no dí pausa ni plazos!.
Rodeado de mujeres;
que me miraban curiosas,
desnudas, bellas y hermosas,
para ellas eran placeres...
Sonriendo muy graciosas.
Jardín de bellas palmera;
hermosos cuerpos desnudos,
los vi se me hizo un nudo,
era un tiempo, en primavera....
Me quedé en el acto mudo.
Mujeres muy altaneras;
habían hombres forzudos,
delicados, aunque rudos,
troceando las maderas...
De apariencia muy tozudos.
Había sombra en el follaje;
las palmeras eran cuajadas,
con damas enamoradas,
vestidas con lindos trajes...
Más la visión no encajaba.
En la ofrenda de un amor;
miraban todas al cielo,
desesperadas y sin celos,
sin espera y sin razón...
En alguna había recelos.
¿Donde acabó esto Dios mío;
en esta isla lejana,
no existía razón humana,
se apareaba un gran río...
Entre palmeras gitanas.
Las vi tan enamoradas;
tan hermosas y tan extrañas,
que hasta mi visión me engaña,
cuando entré en una morada...
Y el exterior desengaña.
Todo era lujo y primores;
sobraba el brillo y dinero,
tan mísero marinero,
con flores de mil colores...
Con lámparas de mineros.
La fragancia y las aromas;
se mezcló en mis pulmones,
las damas entre sus amores,
jugando con risa y bromas...
Desnudas por los salones.
¡Dios santo; era una locura!;
mi velero estaba hundido,
más estoy muy confundido,
que las damas con dulzura...
Hacían muy poco ruido.
¿Que era aquello una gran secta;
todo eran comodidades,
no sabría si eran reales,
si mi visión era correcta...
¿O no todo eran verdades?.
Desperté algo sudoroso;
miré desde mi ventana,
mi velero y mi sultana,
con sus mástiles preciosos...
Bien atado en la bocana.
Me saludó con un beso;
aturdido y apocado,
sin ser vicio ni pecado,
le vi sus dos grandes pechos...
¡Es que estaba enamorado!.
"Guti".
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