"ME ENCONTRÉ UNA BUENA AMANTE".

"UN FIN DE SEMANA GLORIOSO".

¿Quien no ha tenido un capricho;
quien no ha estado enamorado,
quien no se queda embobado...
Quien no ha provado este dicho?

Con tanto quien, no me aclaro;
¿porqué explicar esta historia,
si al fin fue una gran victoria...
Os lo explicaré muy claro:

Pasé un gran fin de semana;
soy algo guapo y apuesto,
con las mujeres dispuesto...
Las trato bien cuando aman.

La esposa del propietario;
muy pronto me echó un buen ojo,
con su mirar me sonrojo...
Su marido era ordinario.

Iba con un compañero;
más él llevaba a su novia,
se movían más que una noria...
¡Calentorro el puñetero!.

La dueña del aposento;
familiar del compañero,
con un bonito sombrero...
Vestía como las del centro.

La dama tendría cuarenta;
mi amigo era su sobrino,
más yo que no era su primo...
Me fijé en sus grandes tetas.

Fue ella quien se dio cuenta;
como admiraba sus pechos,
como cuchillos derechos...
Lo agradeció muy contenta.

Era hermosa la fulana;
yo había cumplido los treinta,
por lo visto eso calienta...
Y vi en sus ojos dos llamas.

La cena con carnes tiernas;
por debajo de la mesa,
vi sonreír a la mastresa...
Que jugaba con mis piernas.

Era morena y hermosa;
contando chistes de engorro,
y fabricando un buen porro...
Me lo dedicó graciosa.

Las drogas no las soporto;
pero acepté de buen grado,
me sonrió con agrado...
Con una copa de oporto.

Su marido había marchado;
el domingo iba de caza,
la morena iba descalza...
Y yo ya estaba empachado.

Daba vueltas mi cabeza;
vi a la morena cercana,
me quité la americana...
La dejé sobre la mesa.

¿Eran ansias o era vicio?;
nos encontrábamos sólos,
con un marido tan bobo...
Muy ignorante y sin oficio.

Mi amigo se fue a dormir;
a una habitación contigua,
siendo la casona antigua...
Con su novia en un desliz.

Noté el roce de su boca;
sus manos manoseaban,
¿encontró lo que buscaba?...
Viendo su cara de loca.

Metió mi mano en su pecho;
unos pechos poderosos,
muy duros y muy hermosos...
Mirando fija hacia el techo.

Un clavel en su melena;
fragancia de bellas rosas,
con unas piernas preciosas...
Me dijo su nombre; Elena.

"PROSIGUE:



"2ª PARTE:

"UN FIN DE SEMANA GLORIOSO".

Oyó ruido en el altillo;
y se apartó presurosa,
riéndose muy graciosa...
Puse cara de listillo.

Apareciendo el marido;
vestido para la caza,
buenas botas que se calza...
Con su traje bien vestido.

Le dio un beso a su mujer;
y me dio las buenas noches,
lo vi marcharse en el coche...
Y ella se puso a tejer.

Me levanté mareado;
¿que le pondría a aquel porro?,
que me deja hecho unos zorros...
Tan borracho y tan marcado?.

Me marché a mi habitación;
sin darle las buenas noches,
el porro que fue un gran broche...
Me supo hasta de traición.

Seria en la madrugada;
que noté que abrían la puerta,
¿seria alguna propuesta...
De aquella hermosa malvada?.

Notando un bulto muy duro;
y una sombra muy oscura,
una voz que me murmura...
Como si fuera un conjuro.

.-No temas amado mio:
soy tu reina y soberana,
en esta noche y mañana...
¡Cuanto te deseo Dios mio!.

Me quedé muy silencioso;
guardando muy bien mi calma,
más rebozando mi alma...
De aquel cuerpo tan hermoso.

Noto sus besos en mi boca;
como viento con sus giros,
se ha quejado con suspiros...
Me abrazó como una loca.

Tanto me apliqué en la guerra;
entrando la luna bella,
y un confín de sus estrellas...
Dando y rompiendo en la tierra.

¿Que corta me fue la noche?;
que felicidad más grande,
anocheciendo la tarde...
Con los ruidos de los coches.

Estábamos abrazados;
con el sol en la ventana,
rojo brilla en la mañana...
Y esta historia ha comenzado.

Se despertó lujuriosa;
pero nunca se equivoca,
dandome un beso en la boca...
Desnuda estaba preciosa.

Siendo una gran impresión;
viéndola de día desnuda,
medio inocente y muy muda...
Sin su falda y camisón.

¿Es pesadilla o es sueño?;
soy tan ciego que deliro,
me refresca sus suspiros...
Soy afortunado y dueño.

El trabajo del marido;
siendo arduo y muy corriente,
negociaba con la gente...
Con ganado y sus pedidos.

Con oficio de tratante;
pasaba las temporadas,
a veces hasta seis semanas...
Y ella llamaba a su amante.

Siempre que marchaba fuera;
me avisa por su sobrino,
siendo apañado y divino...
Porque con su novia juega.

"Guti". "El romancero".



"SU ENTREGA NO FUE UN SACRIFICIO".

Cuando acudió aquella cita;
llamada de Juan Alfonso,
algo arisco pero hermoso...
Pero con muy mala pinta.

Aturdida entre la gente;
siguió aquel valiente honroso,
que haría el papel de esposo...
Con su entrega de inocente.

Sueños sólos en su mente;
¿era un capricho de amor?,
si entregaba el corazón...
Se veía joven y decente.

Era guapo y bello el mozo;
se desnudó del vestido,
su mirar de pervertido...
Viendo aquel cuerpo precioso.

No era amante ni marido;
más se encontraba en la cama,
hundió sus dedos en sus canas...
Siendo cano aquel bandido.

Su pelo blanco y hermoso;
tan suave como la seda,
un color que nadie espera...
Siendo el lujo de aquel mozo

Con halagos cortesanos;
siguió suave su andadura,
siendo la "cosa" tan dura...
Era andaluz y hortelano.

Creyó llegar el momento;
sin pedir peras al olmo,
sin esperar seria el colmo...
Y aplazarlo un gran tormento.

Con honestidad tan fina;
la virtud pura y ardiente,
se entregó tan inocente...
Como rosa sin espinas.

Aparentando decencias;
nunca creyó en alabanzas;
tampoco en la vil mudanza...
Mucho menos en su inocencia.

La pluma como una lanza;
con fuerza entró en su tintero,
aquel mozo bandolero...
Hizo buena aquella baza.

No lo hacia por dineros;
ni tampoco era ramera,
siendo una forma cualquiera...
Su tiempo quedaba a cero.

Notó la sangre caliente;
que le recorría las piernas,
en aquella entrega tierna...
Con aquel amor ardiente.

"Guti". El romancero".



"TRAS UNA DISPUTA AGRIA".

Yo que porto sangre y fuego;
siendo muy joven y hermosa,
con vos soy muy gozosa...
Soy muy fértil en los juegos.

.-¡No me priméis a mis barbas!;
sois marquesa y bien casada,
todo el día descansada...
Viendo mozos os cae la baba.

Marcho lejos de esta tierra,
os dejo por ser fulana,
os creéis una sultana...
Y volveré, si me entierran.

¡Por favor bello galán!;
no me hagáis esta traición,
me rompéis el corazón...
Era sólo un haragán.

.-No gritéis que me ofendéis;
la visión que no me miente,
¿un haragán inocente?...
Multiplicaos si queréis.

Os he visto a los don juntos;
vuestras caricias impuras,
se la habéis puesto muy dura...
Y para mi es un disgusto.

Pues quedad con ese mozo;
vos que sois tan codiciosa,
sois enferma y quisquillosa...
Siendo un joven muy fogoso.

.- El mancebo es sólo amigo;
¡no marchéis os lo suplico!,
callaré pronto mi pico...
¡Nunca lo vereis conmigo!.

Me tenéis acostumbrada;
necesito vuestros besos,
notar vuestro cuerpo y peso...
Como hembra desalmada.

Es verdad soy codiciosa;
reconozco mis pesares,
me decís tanta verdades...
¿Me mentís, siendo preciosa.

La marquesa se aprestó;
y se quitó su vestido,
quedó como un pervertido...
La besó y la apretó.

Un revolcón recurrente;
en el palacio "Don Mendo",
el marqués seria tremendo...
Más muy fatuo e inocente.

Desnuda y arrebolada;
buscó a su buena montura,
viéndola fresca y tan dura...
Sobre ella descansaba.

La despedida truncada;
se cerró la relación,
sellando su corazón...
Y comenzó la escapada.

"Guti". "El romancero".

 
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