"HISTORIAS PARA CONTAR".
"EL AMOR CON SUS CAPRICHOS".
¿Hay caprichos en la vejez;
o solo es la soledad?,
el amar a una mujer...
Y poderla enamorar.
¿Es eso un gran placer?;
el sentir un gran cariño,
o es amar; siendo un deber...
El admirar un corpiño.
Hay quien le da por beber;
otros bailan sin pareja,
y lo que hay que entrever...
No terminar entre rejas.
Un joven viejo y cansado;
recuerda muy bien su historia,
una historia del pasado...
De buenas obras de gloria.
Una vez lo ha conseguido;
se sumerge en la penumbra,
encontrándose tranquilo...
Recuerdos de otras tumba.
Tenia sus cincuenta años;
aún joven y muy marchoso,
su vida en un balneario...
Con damas y maridos sosos.
Habían cuerpos asombrosos;
de viudas agraciadas,
con pechos muy generosos...
No eran felices ni amadas.
Aquello era sospechoso;
eran lindas y orgullosas,
entre mohines graciosos...
Se veían caprichosas.
Había una dama preciosa;
con la carita de un ángel,
voluptuosa y hermosa...
Enfermera de hospitales.
¿Si curaba enfermedades;
que hacia en un balneario?
el decir de las verdades...
Tenia un cuerpo extraordinario
El mozo se encaprichó;
de aquella linda mujer,
por cariño o por amor...
La conquistaria él.
"SEGUNDO ACTO:
Se sentía avaricioso;
y muy lleno de poder,
era un lobo codicioso...
Preparado a morder.
Malos viejos que caminan;
su capricho en la vejez,
que sus sueños ya terminan...
A una moza pretender.
No pretendió hacerle daño;
le enviaba mil regalos,
esto casi no es extraño...
El balneario en un lago.
Era capricho; o era amor,
se sentía desamparado,
se quedaba en un rincón...
Como un trasto abandonado.
Le encantaba la mujer;
con su cuerpo de serrana,
la moza no iba tras él...
No siendo una fulana.
El mozo tenia dineros;
lo ganó honradamente,
comenzó siendo minero...
Y en su empresa presidente.
Sabia que la vida es corta;
y que había que aprovecharla,
aquella dama no es tonta...
Lo intuía en sus charlas.
Al anochecer reía;
al amanecer lloraba,
es que no tenia alegría...
¿Porque no se enamoraba?.
¿Que edad tendría la dama;
aparenta treinta años?,
las conquistas no son llanas...
Y me estaba haciendo daño.
La contemplaba de lejos;
y la veía tan hermosa,
hablando entre siete viejos...
Con dos niñas muy preciosas.
Pasaba y me sonreía;
me saludaba con risas,
cada vez que la veía...
Iba siempre muy aprisa.
"TERCER ACTO:
Sabría quien le enviaba;
los regalos tan bonitos,
o tal vez se extrabiaban...
Hay chorizos y borricos.
Quise salir de mis dudas;
me presenté al conserje,
tenia mala catadura...
Tanto él como sus jefes.
Yo lo llamé en un secreto;
le pregunté si aceptaba,
los regalos en concreto...
Contestó: - se los quedaba.
Preguntaba alguna vez;
el tonto que lo enviaba,
-sólo me dijo; tal vez...
Pero no le preocupaba.
¿Que edad tiene esa buen moza?;
-¡los treinta ya no los cuenta!,
solo se que es muy hermosa...
Pero aparenta unos treinta.
Dos billetes de cincuenta;
acallaron el secreto,
¿si tenia casi cuarenta?...
Los años eran correctos.
Que fastidio los diez años;
demasiados en la pareja,
recordaba como antaño...
No olvidé sus viejas tretas.
El conserje dio su historia;
de aquella dama tan bella,
el verla ya daba gloria...
Era hermosa la doncella:
.- Enviudó siendo joven;
dos hijas por descendencia,
mujeres hay que le joroben...
Y aparentan inocencia.
Me fui a darme una ducha;
y a darme unos masajes,
a veces cojo merluza...
Con bata; me deje el traje.
Siempre me marcho al Casino;
se encontraba en la intermedia,
parezco un viejo cansino...
Esto nadie lo remedia,.
"CUARTO ACTO:
Ya me daba vuelta y media;
mirando la carretera,
lo haría si ello se tercia...
Bajó mucho mi cartera.
¿Porque no en mi heredera?;
acataría mi follón,
no una vieja plañidera...
Seria un buen lío y tostón.
Aquella noche noté;
que se movía un gran bulto,
me recosté y lo palpé...
Notando un serio disgusto.
Era mi dama desnuda;
sin braguita y sin sostén,
que noche con mas fortuna...
El sorprender y el querer.
.-¿Que haces aquí mi vida?;
no ves que te pueden ver,
aunque seras muy querida...
Lo que no; aqui puede ser.
A la semana marcharon;
resplandeciendo placer,
el cincuentón de la mano...
Sólo una cosa; el querer.
Llegué hasta los ochenta;
fuerona años muy felices,
mi esposa estaba contenta...
Nos comimos las perdices.
Cierto día en un accidente;
un coche cayó al barranco,
con tres muertos muy recientes...
El coche seguía rodando.
¡Era mi niña y dos hijos!;
mi familia iba al carajo,
vistiendo de negro fijo...
Tres tumbas bajo un naranjo.
Tres años duró mi pena;
tres noches sin sentimientos,
contemplé la luna llena...
Llenando mis sufrimientos.
Solucioné el papeleo;
y avisé a mis abogados,
hubo mucho comadreo...
Y terminé casi ahogado.
"Guti"."El romancero".
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